El uso del smartphone mientras caminamos puede afectar nuestra postura, atención y patrón de marcha, generando riesgos.
La adicción al móvil mientras caminamos no solo genera accidentes, sino que también afecta nuestra salud física y mental de diversas maneras.
Impacto en la Postura Corporal
El uso del móvil mientras caminamos altera nuestra postura natural, provocando un cambio en cómo sostenemos nuestro cuerpo. Al sostener el teléfono, el brazo queda flexionado y la cabeza inclinada, lo que interfiere con el balanceo natural de los brazos. Según Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF), este balanceo es crucial para estabilizar el cuerpo y mejorar el equilibrio durante la marcha. La pérdida de este movimiento natural puede reducir la estabilidad al caminar, obligando al cuerpo a adoptar estrategias energéticamente costosas para mantener el equilibrio, como aumentar la activación de los músculos del tronco.
Además, la posición del brazo en contracción estática genera tensión extra, que puede desencadenar dolores en el hombro. La cabeza inclinada hacia adelante también impone un estrés innecesario en la columna cervical, incrementando el peso soportado por el cuello hasta 27 kilos, lo que puede resultar en dolores en la región craneocervical y en la cintura escapular.
Efectos en la Visión y la Atención
El uso del móvil también afecta nuestra capacidad visual y atención. Pilar Serra, catedrática de Fisioterapia en la Universitat de València, explica que mirar constantemente la pantalla mientras caminamos puede causar fatiga visual, dificultando el cambio de enfoque entre la pantalla y el entorno circundante. Esto no solo afecta nuestra visión, sino también la forma en que percibimos y reaccionamos a los obstáculos o imprevistos en nuestro camino.
Un estudio de 2010 demostró que la atención se desvía significativamente cuando hablamos por el móvil: un 75% de los participantes no notaron a un payaso en monociclo que cruzaba su camino. Esta falta de atención no solo aumenta el riesgo de accidentes, sino que también altera nuestro patrón de marcha, haciendo que los pasos sean más cortos, irregulares e inestables.
Modificaciones en el Patrón de Marcha
Diversos estudios han demostrado que caminar y usar el móvil reduce la velocidad y altera la dirección del caminar. Un estudio publicado en la revista Gait & Posture en 2012 reveló que caminar y enviar mensajes reduce la velocidad en un 33%, mientras que caminar y hablar por teléfono lo hace en un 16%. Además, los pasos se vuelven más cortos y anchos para mantener el equilibrio.
La concentración en el móvil disminuye nuestra conciencia situacional, lo que puede retrasar nuestra reacción ante cambios en el terreno o situaciones inesperadas. Esta falta de reacción rápida es especialmente peligrosa en entornos urbanos, donde los transeúntes y los vehículos motorizados pueden generar situaciones de riesgo.
Consecuencias Físicas y Psicológicas
El uso del móvil mientras caminamos no solo aumenta el riesgo de accidentes, sino que también reduce los beneficios de caminar. Fernando Ramos destaca que el uso del móvil incrementa el cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta negativamente nuestro estado de ánimo y anula los efectos positivos de caminar.
La solución es sencilla: evitar el uso del móvil mientras caminamos para no convertirnos en “smombies” (smartphone + zombie), término que se refiere a las personas que caminan absortas en sus teléfonos. Practicar la conciencia plena al caminar y limitar el uso del móvil es clave para preservar nuestra salud y seguridad.