Prometían contar con una de las primeras baterías de estado sólido del mercado, esas que aspiran a cambiar por completo la relación con el automóvil eléctrico. Las mismas que, marcas como Toyota, han dejado claro que no serán especialmente baratas y que tardaremos en ver en un vehículo que se mueva dentro de los precios medios del mercado.
Una crisis histórica
Nissan está viviendo en una montaña rusa los últimos días pero, desde luego, la compañía sigue inmersa en una de las mayores crisis de su historia, si no la que mayor relevancia tiene por los retos que ofrece: restructurar por completo la empresa en un punto de inflexión, con el coche eléctrico como bisagra.
- La compañía nipona vive inmersa en una grave crisis.
- Uno que pasa por el despido de 9.000 empleados.
- En su hoja de ruta, la compañía tenía pensado actualizar su oferta con hasta 19 nuevos modelos electrificados o completamente eléctricos hasta 2030.
- Antes, en 2028, preveían tener en el mercado el primer coche equipado con baterías de estado sólido, una suerte de versión eléctrica del Nissan GTR.
- Es la segunda vez que corrige una cifra antes presentada este mismo año.
Problemas en China y Estados Unidos
En los últimos meses, la compañía parece haber tomado las decisiones menos apropiadas en cada mercado. En China, su volumen de ventas se ha desplomado, con un mercado que se encamina al eléctrico y que está apostando claramente por las compañías locales frente a las extranjeras. De hecho, el caso de Nissan no es, ni mucho menos, una excepción en el país asiático.
Pero donde sí se ha encontrado con un problema inesperado es en Estados Unidos. Allí, donde Nissan tiene uno de sus principales pilares de negocio, el cliente está apostando fuertemente por los coches híbridos y no encuentra en la compañía alternativas a lo que ofrece Toyota, quienes han disparado sus ventas en el país.
- Bloomberg señala a este como uno de los graves problemas a los que se enfrenta la compañía.
- Empresas como Honda o Toyota, que han apostado claramente por estos productos, están consiguiendo una gran rentabilidad.
Un duro plan de ajuste
Todo esto se traduce en un gran ejercicio de ajuste. Concretamente, se trata de ahorrar 2.600 millones de dólares, reduciendo la producción global en un 20% y despidiendo a una suma de 9.000 empleados repartidos por todo el mundo. Es un 7% de la fuerza laboral de la compañía.
“Nissan reestructurará su negocio para que sea más ágil y resistente, al tiempo que reorganiza la gerencia para responder de manera rápida y flexible a los cambios en el entorno empresarial”, señaló Makoto Uchida, CEO de la compañía, durante la presentación de resultados. El directivo reducirá su sueldo en un 50% y el resto de la cúpula de la compañía también se bajará el sueldo “voluntariamente”, en palabras de la empresa. Sin embargo, no se especifica de cuánto será esta rebaja.
Como medida de apoyo, Bloomberg asegura que el fondo Suntera se ha hecho con un 2,5% de las acciones de la compañía, lo que ha animado algo el precio de las mismas. Las acciones vivieron una durísima caída el día de la presentación de resultados pero sobre todo es su tendencia a largo plazo, con una caída del 40% respecto al precio de hace un lustro, lo que es preocupante en la compañía.