El ahorro y las ventajas del coche eléctrico: una revolución silenciosa.

Esta misma semana hemos asistido a un evento de prensa donde Stellantis explicaba su situación actual respecto al vehículo electrificado y sus planes para el futuro más cercano. Allí, el grupo automovilístico lanzó un mensaje: “Quien se compra un coche eléctrico se convierte en embajador de la tecnología.”

El ahorro y las ventajas del coche eléctrico

Personalmente, no puedo estar más de acuerdo. Siempre que he tenido la oportunidad de hablar con el dueño de un coche eléctrico me ha explicado lo mismo: no volvería a un vehículo de combustión. Me han dado diferentes motivos. El principal, claro está, es el ahorro en combustible y en mantenimiento. Pero también me han señalado reiteradamente las ventajas de conducir un coche que no genera ruido ni vibraciones, algo en lo que estoy completamente de acuerdo.

Los desafíos de los viajes en coche eléctrico

¿Y los viajes? Ay, los viajes. Son el principal punto problemático del asunto. Aquí hay dos posibilidades que juegan contra un coche eléctrico. El primero es que el cliente no haya sido consciente realmente de lo que se está comprando y se haya hecho con un coche de menos de 60 kWh de batería con el que busque igualar la experiencia de un viaje largo a uno de gasolina. Eso, hoy por hoy, es imposible. “Uno de cada tres conductores de coches eléctricos volverían a un gasolina”.

El segundo problema también es propio de la tecnología pero, aquí, los fabricantes tienen menor margen de maniobra. Son los puntos de carga, una tarea pendiente en España pero que también se repite en otros países de Europa y fuera de nuestro continente. Allí donde las distancias son más abultadas y las poblaciones están más aisladas, el problema se recrudece.

El dato de McKinsey&Co

El titular es llamativo pero tiene su explicación. Según la consultora, que expone en diversos informes sus conclusiones de cómo está el mercado del coche eléctrico y otros aspectos relacionados con la movilidad, un tercio de los dueños de un coche eléctrico volverían a uno de combustión.

En la imagen superior, un gráfico muestra el porcentaje de dueños de un coche eléctrico que volverían a un vehículo dee combustión, según McKinsey&Co. La media es clara, señalando que uno de cada tres optarían por esta decisión. Los datos son más altos entre australianos y estadounidenses, donde se alcanza un 49% y 46%, respectivamente.

Factores que influyen en la decisión

En Alemania, país de Europa donde más coches eléctricos se han vendido, y Noruega, donde los coches eléctricos han llegado a ser la casi totalidad del mercado, el salto al coche de combustión está por debajo de la media del 29%. Con todo, sus porcentajes del 24 y 18% son para tenerlos muy en cuenta y no dejan de sorprender.

De nuevo, como puedes ver en la imagen superior, los principales motivos para volver a un coche de combustión están relacionados directa o indirectamente con la red de recarga. El 35% de quienes responden que volverían a un automóvil gasolina aseguran que la infraestructura pública es insuficiente. En tercer lugar, el argumento más repetido pone el foco en los problemas que se presentan durante un viaje largo.

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