La Unión Europea ha anunciado los cortafuegos temporales que impondrá a la llegada de coches eléctricos desde China. La medida debe ser ratificada y no puede ser llamada exactamente “aranceles”. Esto es todo lo que sabemos.
¿Qué ha aprobado la Unión Europea?
Aunque se ha generalizado el uso de “aranceles” para definir las medidas que la Unión Europea ha impuesto a los coches eléctricos chinos, lo cierto es que lo que ha levantado son los denominados “countervailing duties”.
¿Cómo se aplica?
Estos “derechos compensatorios” se pueden aplicar de diferentes maneras. Está la posibilidad de aprobar un porcentaje sobre el precio base, como se ha dado en este caso, u obligar a la compañía a que venda sus productos por encima de un precio suelo que garantice que no se está trabajando a pérdidas.
¿De cuánto dinero estamos hablando?
Hasta ahora, el arancel por la importación de vehículos llegados desde China es de un 10%. Esa cantidad se mantiene y, ahora, habrá que sumar el porcentaje de los derechos compensatorios. Así, las compañías tendrán que elevar el precio de sus coches en los siguientes términos:
- BYD: 10% de arancel + 17,4% de derecho compensatorio (+27,4%)
- Geely: 10% de arancel + 19,9% de derecho compensatorio (+29,9%)
- SAIC: 10% de arancel + 37,6% de derecho compensatorio (+37,6%)
- Compañías que se considera que han cooperado en la investigación: 10% de arancel + 20,8% de derecho compensatorio (+30,8%)
- Compañías que se considera que no han cooperado en la investigación: 10% de arancel + 37,6% de derecho compensatorio (+47,6%)
¿Y si bajan los precios?
“Si un fabricante baja el precio demostraría que el subsidio podría ser mayor del calculado. Si puede bajar el precio y vender a pérdidas es porque alguien lo está financiando”, nos explica García Herrero.
¿Qué pasa ahora?
Con la publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea, estas nuevas tasas comenzarán a aplicarse en las aduanas desde mañana, 5 de julio de 2024. A partir de ahora, se abre un proceso en el que los afectados podrán hacer llegar a la Unión Europea sus alegaciones sobre estas medidas temporales.
¿Y si el Consejo de Europa no lo aprueba?
Uno de los países que más rechazo ha mostrado a levantar barreras comerciales contra China es Alemania, dependiente de este país en gran parte de su industria y quien teme que la respuesta china afecte directamente a las empresas locales que allí fabrican.
¿Y si no lo aprueba la Organización Mundial del Comercio?
Si esto último no sucediera, García Herrero nos apunta que la Unión Europea puede tomar otras medidas “como una tasa al carbón”, en un movimiento similar al que se ha ejercido en Francia, donde a los coches eléctricos llegados desde China se les sacó de las ayudas a la compra alegando un mayor impacto ambiental a los coches que desde allí llegan.