Samsung ha presentado una batería de estado sólido para coches eléctricos que promete transformar la industria, con especificaciones que han impresionado a expertos en el campo. Según ha informado AutoEVTimes, esta batería ofrece una autonomía de 965 kilómetros con una sola carga y se recarga en solo nueve minutos. Además, tiene una vida útil de veinte años, lo que elimina algunos de los mayores obstáculos para la adopción masiva de coches eléctricos: la autonomía limitada, los tiempos de carga y la durabilidad de las baterías.
El contexto
La industria automotriz se encuentra en una transición hacia la electrificación, con varios gobiernos estableciendo plazos para esta transición. Empresas como BYD o CATL dominan la producción de baterías en volumen, por lo que Samsung está buscando innovar y diferenciarse para ganar cuota de mercado.
Detalles clave
Esta batería de estado sólido de Samsung tiene una densidad energética de 500 Wh/kg, casi el doble que la media actual. Utiliza electrolitos sólidos en lugar de líquidos, lo que mejora la seguridad y reduce los riesgos de fugas e incendios. Además, es más ligera y compacta, lo que permite a los fabricantes de coches explorar nuevas posibilidades de diseño. Inicialmente, estará orientada al segmento “súper premium” de los coches eléctricos y se espera que comience su producción en masa en 2027.
Innovaciones técnicas
Una de las innovaciones técnicas de esta batería es la incorporación de una capa compuesta de plata-carbono en el ánodo, que tiene solo 5 μm de grosor. Esto resuelve problemas comunes en los ánodos de litio metálico y permite que el ánodo sea más delgado, aumentando la densidad energética total de la batería.
En perspectiva, Samsung no está compitiendo en solitario en esta carrera. Otros fabricantes, como CATL y empresas chinas, están desarrollando tecnologías similares a la recientemente anunciada por Samsung, aunque enfrentando dificultades.
Si Samsung logra llevar estas baterías a la producción en masa y reducir su precio gradualmente, podría marcar un punto de inflexión en la historia de la automoción, acelerando aún más la adopción masiva del coche eléctrico.