La semana pasada tuve la oportunidad de probar uno de los taxis autónomos de Waymo en Palo Alto, California. Estos vehículos, pertenecientes a Alphabet, están disponibles para cualquier persona desde junio. Aproveché la ocasión para dar un paseo desde San Francisco hasta Alamo Square, uno de los lugares turísticos más emblemáticos de la ciudad. Fue una experiencia única subir a un coche 100% autónomo y vivir la sinfonía de eficiencia que ofrece. Aunque se extraña el factor humano, este avance tecnológico es inevitable y nos llevará a un futuro donde la perfección mecánica reemplazará a la conducta humana.
La experiencia en un Waymo
La aplicación de Waymo es muy similar a la de Uber o Cabify, lo que la hace familiar y fácil de usar. La espera de cortesía, de entre dos y cinco minutos, es un gesto que demuestra atención y respeto hacia los usuarios. Una vez dentro del vehículo, es posible controlar la climatización y la música desde la pantalla trasera de infoentretenimiento. Durante el viaje, el coche se mueve con precisión y prioriza la seguridad en todo momento, transmitiendo confianza y respeto por las normas de tránsito. Además, el sistema de cámaras y sensores LiDAR garantiza una percepción precisa del entorno.
Una experiencia mecánicamente perfecta
El coche autónomo de Waymo ofrece una conducción suave y segura, sin temblores ni movimientos bruscos. Aunque se extraña el factor humano y las historias de vida que los conductores de Uber suelen compartir, la perfección mecánica del Waymo es sorprendente. Desde la aplicación, es posible solicitar un coche con un trayecto más complejo y observar cómo los sensores del vehículo se adaptan a diversas situaciones de tráfico. Aunque todavía hay margen para la mejora en situaciones límite, es difícil argumentar que esta conducción empeora la humana.
Un camino sin vuelta atrás hacia la perfección mecánica
Al final del viaje, queda claro que los taxis autónomos de Waymo representan el futuro del transporte. Aunque habrá controversias y pérdidas, esta evolución tecnológica es inevitable. Nos adaptaremos al silencio en el asfalto y a la perfección mecánica que ofrece este tipo de vehículos. El progreso siempre trae consigo desafíos, pero es importante abrazar el cambio y aprovechar los beneficios que conlleva.