La FACH anunció la cancelación del satélite FASat-D tras más de un año en órbita sin operar.
El proyecto, desarrollado junto a la empresa israelí ImageSat International (ISI), enfrentó fallas técnicas que impidieron su puesta en marcha, lo que derivó en la decisión de cancelar el programa y proceder con su reemplazo.
Problemas técnicos marcaron el destino del FASat-D
El satélite FASat-D fue lanzado al espacio el 12 de junio de 2023 con el objetivo de captar imágenes RGB de alta calidad para recopilar información sobre la superficie terrestre. Sin embargo, tras más de un año en órbita, el dispositivo nunca logró entrar en fase operativa, según informó la FACH.
El proyecto estipulaba que la etapa de prueba y operación debía completarse en el primer semestre de 2024. No obstante, fallas durante la validación y calibración de sus capacidades tecnológicas impidieron alcanzar los objetivos planificados.
La Fuerza Aérea subrayó en su comunicado que esta decisión responde a la necesidad de garantizar el uso eficiente de los recursos públicos y la fiabilidad de los proyectos espaciales nacionales.
Un reemplazo que no impactará el presupuesto estatal
A pesar de este contratiempo, la FACH confirmó que el FASat-D será sustituido por un nuevo satélite que cumplirá con los estándares y necesidades del Programa Espacial Nacional.
Gracias a los términos del contrato original, el Estado chileno no asumirá costos adicionales, ya que los pagos estaban condicionados al cumplimiento de hitos específicos que no se lograron.
La FACH reafirmó su compromiso con el Programa Satelital Nacional, que incluye la fabricación de diez satélites, ocho de los cuales serán construidos en Chile, demostrando el interés por fortalecer la industria espacial nacional.
Transparencia y compromiso con el programa espacial
En línea con su política de transparencia, la Fuerza Aérea aseguró que seguirá informando a la ciudadanía sobre los avances de este proyecto estratégico, fundamental para el desarrollo tecnológico y científico del país.
Esta cancelación marca un revés, pero también una oportunidad para ajustar procesos y garantizar la viabilidad de futuros proyectos espaciales.