Prácticamente cualquier teléfono que se precie tiene, al menos, dos cámaras: la principal y el ultra gran angular. La versatilidad siempre es bien recibida, aunque empieza a preocupar que en pleno 2024 la calidad del ultra gran angular siempre, siempre, está notablemente por debajo de la que vemos en el sensor principal.
Lo que quizás no sabías sobre los sensores de las cámaras ultra gran angular
Hay un componente clave que determina en gran parte la calidad final de las fotografías (aunque el procesado tiene mucho que decir al respecto): el sensor. Teléfonos como los Google Pixel demostraron durante años que no hacía falta un sensor gigante para hacer buenas fotos, pero los brutales avances la competencia implementando sensores de mayor tamaño obligaron a Google a mover ficha.
Esta es la clave de lo que está sucediendo con los sensores ultra gran angular: la mayoría de teléfonos, incluso la gama media, tiene sensores principales más que decentes, mientras que el ultra gran angular sigue siendo diminuto. ¿Y por qué sigue siendo diminuto?
El dato curioso y culpable de esto es que una práctica muy común por la parte de los propios fabricantes de sensores es la de vender hardware que se puede usar tanto para selfie como para ultra gran angular.
Esto hace inevitable que el sensor ultra gran angular acabe siendo muy pequeño. Sin ir más lejos, esta semana Samsung presentó su nuevo ISOCELL JN5, un sensor con un formato óptico 1/2,76 y tamaño de 0,64 μm.
¿Cuáles son los números de un teleobjetivo?
El nuevo GNJ, también recién presentado, cuenta con un tamaño 1/1,57 pulgadas (mucho más cercano a la pulgada), con un tamaño del píxel de 1,0 μm, prácticamente el doble.
El tamaño de una buena cámara tampoco ayuda
¡Y por qué no pondrán sensores más grandes en el ultra gran angular! En primer lugar, porque esta es una cámara por naturaleza secundaria. El teleobjetivo, el encargado de permitirnos hacer zoom, suele cobrar mucha más relevancia. El ultra gran angular, salvo fotógrafos muy específicos que necesiten ese rango focal, suele ser un olvidado.
Por otro lado, el espacio bajo el módulo de cámara es muy, muy reducido. Los teléfonos no dejan de engrosar dichos módulos con las mejoras en sensor principal y teleobjetivo (estas últimas llegan más con cuentagotas). Añadir un ultra gran angular de gran tamaño es, al menos si queremos respetar los tamaños actuales, bastante complejo.
Un cóctel que nos lleva a lo inevitable
las cámaras ultra gran angular son y van a seguir siendo el sensor más débil en teléfonos durante muchos años.