Boeing 787 Dreamliner United Airlines. Aircraft at Fiumicino International Airport. Rome (Italy), May 13th, 2021 (Photo by Massimo Insabato/Archivio Massimo Insabato/Mondadori Portfolio via Getty Images)

“Aerolíneas en Estados Unidos ofrecen hasta $10,000 a pasajeros por overbooking”

Aunque cueste creerlo, hubo una época donde subirse a un avión resultaba agradable. Hoy, el consenso se acerca más al hastío. Y sin embargo, siempre hay quién encuentra grietas en un sistema donde todo parece ir mal (o peor que antes). Esto está ocurriendo estos días en Estados Unidos. Un día, las aerolíneas decidieron maximizar sus beneficios vendiendo más billetes que asientos en un avión. Lo llamaron overbooking, y no tiene por qué ser malo (si no tienes prisa).

Viaje a Roma gratis

Valga como ejemplo de lo que está ocurriendo un caso que se dio en septiembre del año pasado. La historia tuvo lugar en un vuelo de Delta Air Lines de Boston a Roma. Un vídeo de TikTok de un empleado de la compañía mostraba el interior del avión mientras decía lo siguiente: “venga, $3.500, ¿alguien puede aceptar por el equipo? Les conseguiremos un hotel si se presentan”.

Al final, 10 pasajeros aceptaron entre 2.000 y 4.000 dólares a cambio de salir del avión. El vuelo estaba tan sobrevendido que los auxiliares ofrecieron a los pasajeros miles de dólares en un bono y una habitación de hotel junto a un vuelo posterior.

Overbooking antes

Durante muchos años, que las aerolíneas vendieran más billetes de los asientos que disponía un avión era normal, no tanto las formas. Las compañías sabían que el margen de beneficio de un vuelo es relativamente bajo comparado con los costes de mantenimiento y transporte de un avión. Necesitaban llenar el vuelo sí o sí, y se dieron cuenta que entre un 10% y un 15% de los pasajeros con billetes comprados no aparecían en la cola de embarque.

¿Solución? Vender un 10% de billetes más en relación al número de asientos. De esta forma, neutralizaban la tasa de “no presentados” y entraba dentro del marco regulatorio aéreo de EEUU. ¿El problema? Cuando todos los pasajeros con billetes acuden al vuelo. El protocolo entonces consistía en una pequeña compensación a los “voluntarios” que se bajaran, y si nadie lo hacía, se elegía por sorteo.

A malas, se llamaba a la policía.

Overbooking en la actualidad

Hoy, cuando las aerolíneas saben que un vuelo está sobrevendido, generalmente piden voluntarios para ceder sus asientos, centrándose en los pasajeros que no tienen un horario apretado. La diferencia está en que los incentivos ahora son mayores.

La mayoría de las veces, las ofertas son suficientes para convencer a algunos de que cedan su asiento. Cuando eso no sucede, la aerolínea sube más los incentivos y, en el último de los casos, obliga a “ceder” su asiento. En este caso y según las reglas del Departamento de Transporte de Estados Unidos, la aerolínea debe recompensar al pasajero con el 200% del coste de ida de ese vuelo por retrasos de menos de dos horas, o el 400% por retrasos que duren más. Por un vuelo retrasado más que eso, la suma puede ascender hasta los 1.550 dólares.

Miles de “voluntarios”. Solo la compañía Delta, de enero a marzo de este año, lleva contabilizados 23.699 pasajeros que se han ofrecido voluntarios a salir del vuelo a cambio de bonos y beneficios de viajes. Según Fortune, tras la pandemia las aerolíneas están dispuestas a desembolsar más beneficios para sacar a los viajeros de vuelos sobrevendidos, llegando a desembolsar hasta 10.000 dólares en efectivo. Un hecho que, al parecer, no ha pasado desapercibido por muchos.

El caso Jarman

Sam Jarman se define como un creador de contenido financiero a tiempo completo, y entre otras cosas, “comparto trucos que a la gente le gusta, y todo lo relacionado con consejos y trucos sobre vuelos, encanta”. Lo expulsaron de un vuelo por overbooking y se encontró con una buena recompensa, y desde entonces ha llevado a cabo una práctica que ha hecho popular en redes.

Según Clint Henderson, editor jefe del medio de viajes The Points Guy, “entre los asientos cada vez más reducidos y la comida, los vuelos comerciales han perdido su brillo a los ojos de los viajeros. Mientras las aerolíneas intentan endulzar la oferta para los viajeros con beneficios como lujosos salones con masajes, los clientes resentidos seguirán haciendo lo que puedan para obtener una ventaja sobre las aerolíneas que sienten que los están estafando. Es un sentimiento comprensible por parte de los pasajeros, pero no es una buena noticia para la industria”.

La redes fomentan “trucos”. Henderson comenta que la situación de la aviación comercial actual es más bien sombría. Hay récord de viajes, pero no se han traducido en ganancias. Mientras, cuenta que las tendencias de TikTok por compartir trucos puede llevar a demasiados viajeros a aprovechar las reglas de overbooking, y “eso no es una buena noticia”.

Otros cargos

En el escenario actual, las aerolíneas buscan maximizar beneficios con todo tipo de inventivas. Por ejemplo, Lufthansa ha encarecido sus billetes hasta 72 euros. ¿La razón? Un nuevo “recargo por costes medioambientales”. Otra discrepancia con los usuarios que se suma a la cola de prácticas de dudosa reputación en los últimos años (como la elección de asiento o la falta de un estándar para el tamaño de la maleta de mano).

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