¿Es hora de darle una segunda vida a tu notebook?

Para muchos, el notebook es un fiel compañero que puedes llevar a cualquier parte. Sin embargo, el tiempo no perdona y, a menudo, este tipo de dispositivo empieza a perder velocidad. ¿Tu portátil se ha vuelto más lento? Quizás no necesitas uno nuevo: algunos ajustes pueden revitalizarlo y extender su utilidad.

¿Qué piezas realmente vale la pena actualizar y cuáles no?

Actualizar un notebook puede ser complicado debido a su diseño compacto y las limitaciones de los componentes. En esta guía, exploramos qué es posible cambiar y cómo hacerlo para mejorar su rendimiento.

Lo que no se puede actualizar: CPU y GPU

La CPU y la GPU suelen estar soldadas a la placa base en los notebooks, lo cual impide su actualización. Esto significa que, si tu portátil es antiguo y no rinde en tareas intensivas, cambiar el procesador o la tarjeta gráfica no es una opción viable. Además, las pantallas de muchos modelos también están integradas, haciendo imposible cualquier modificación.

Aunque algunos fabricantes como Lenovo promuevan la actualización en ciertos modelos, en la mayoría de los casos, los portátiles actuales están diseñados para ser compactos, no para ser actualizables.

Las actualizaciones que sí puedes hacer: RAM, SSD y tarjeta de red

Afortunadamente, algunas mejoras son posibles y pueden hacer una diferencia significativa en el rendimiento de tu notebook.

La Memoria RAM: Aumenta el espacio de trabajo

Actualizar la RAM puede ser una de las mejoras más efectivas para un notebook lento. La RAM funciona como el espacio de trabajo del dispositivo, permitiendo manejar múltiples tareas sin ralentizaciones. Cuanto mayor sea la RAM, más fluidas serán las operaciones.

Sin embargo, si tu notebook utiliza memoria LPDDR (Low Power Double Data Rate), lo más probable es que esté soldada y no pueda ser reemplazada. Revisa si existe una ranura adicional para añadir más RAM antes de decidir.

El SSD: Rapidez y almacenamiento en un solo paso

Si aún utilizas un disco duro giratorio, cambiar a un SSD (Unidad de Estado Sólido) es como pasar de un triciclo a un Ferrari. Un SSD no solo mejora el tiempo de arranque, sino también la apertura de aplicaciones y la transferencia de archivos.

Si ya tienes un SSD, podrías considerar actualizar a uno de mayor capacidad o a uno tipo NVMe si tu trabajo involucra software pesado o juegos. Recuerda que los SSD pierden velocidad cuando están llenos, así que elige uno con suficiente espacio para tus necesidades.

La tarjeta de red: Mejor conexión con Wi-Fi 6

La tarjeta de red es una de las actualizaciones menos consideradas, pero puede ser esencial si tu notebook es un modelo más antiguo. Si aún utiliza Wi-Fi 4 o 5, actualizar a una tarjeta compatible con Wi-Fi 6 o 6E mejorará notablemente la velocidad de conexión. Solo asegúrate de que tu portátil y sistema operativo soporten el nuevo estándar y cuenten con las ranuras necesarias.

¿Vale la pena todo esto?

Para muchos usuarios, actualizar el notebook es una alternativa viable a comprar uno nuevo. Las mejoras en RAM, SSD y tarjeta de red pueden ofrecer un rendimiento renovado, extendiendo la vida útil del dispositivo y optimizando la experiencia sin un gran gasto. Aunque no podrás convertir un equipo antiguo en una máquina de última generación, estas actualizaciones pueden hacer que tu notebook se sienta como nuevo.

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