La Unión Europea ha aprobado nuevas normas relacionadas con la sostenibilidad de las baterías, que entrarán en vigor a partir de 2027. Estas normas incluyen la obligación de que las baterías portátiles incorporadas en los dispositivos sean extraíbles y reemplazables. Sin embargo, esto choca con los avances en diseño y resistencia que han caracterizado a los teléfonos móviles en los últimos años.
El desafío de las baterías no extraíbles en los móviles
Los diseños unibody han llevado a la desaparición de las baterías extraíbles en los teléfonos móviles. Esto implica que los usuarios deben despegar la parte trasera del terminal y romper capas adhesivas para acceder a la batería. En algunos casos, incluso es necesario despegar el módulo de cámara. Esta dificultad de acceso no está al alcance del usuario promedio.
Reparabilidad de los móviles
La empresa ifixit determina que los iPhone son los móviles más reparables, ya que Apple prioriza la fácil sustitución de la pantalla, el vidrio trasero y la batería. Sin embargo, en el caso de otros teléfonos como el Samsung Galaxy S22 Ultra y el Pixel 6 Pro, desmontarlos para repararlos requiere conocimientos y herramientas adecuadas.
Decisiones de diseño que inciden en la reparabilidad
Las decisiones de diseño de los fabricantes afectan la reparabilidad de los teléfonos. Algunos diseños están más orientados a la reparabilidad que otros, pero al final, cada componente se ubica de acuerdo con la ingeniería interna del terminal y la visión del fabricante.
La dificultad de definir “extraíble”
La Unión Europea no es del todo clara en su definición de “extraíble” en el caso de las baterías de los teléfonos móviles. A partir de 2027, las baterías deben poder ser extraídas por el usuario final, lo que podría implicar modificaciones en la forma en que los fabricantes diseñan sus dispositivos. Sin embargo, técnicamente las baterías de modelos como el iPhone y el Galaxy S22 ya son reemplazables y extraíbles, aunque no de manera sencilla.
Impacto en los fabricantes y los usuarios
Los fabricantes de teléfonos móviles se verán obligados a adaptar sus diseños para hacerlos más amigables hacia las reparaciones. Esto puede suponer un desafío para aquellos fabricantes que no priorizan la reparabilidad en sus diseños. Por otro lado, los usuarios podrán beneficiarse de dispositivos más fáciles de reparar, aunque en el caso de los iPhone, repararlos por cuenta propia puede no ser rentable.