Hemipléjicos que vuelven a andar o trabajadores de la construcción que levantan 90 kilos sin esfuerzo son algunas aplicaciones de esta tecnología.
La tecnología es, principalmente, una manera de amplificar las facultades de los seres humanos. Así, el teléfono permite llevar nuestra voz más lejos. Un tren nos ayuda a llegar más rápido que si fuéramos andando. Un exoesqueleto humano, siguiendo esa perspectiva, sería la amplificación más directa de las capacidades humanas, ya que permite al usuario levantar mayores pesos, superar limitaciones locomotrices o llevar a cabo tareas con mayor rapidez. Y parece que estamos ante una tecnología con potencial: la consultora ABI Research estima que para 2030 podría ser un mercado con un valor de 7300 millones de dólares.
Qué es un Exoesqueleto Humano
Técnicamente, se trata de un dispositivo mecánico vestible diseñado para mejorar o potenciar las capacidades físicas de una persona. Este dispositivo se coloca de forma externa al cuerpo y está orientado a proporcionar apoyo para prevenir lesiones, potenciar la fuerza física o mejorar la movilidad. El nombre responde al hecho de que se asemeja a un esqueleto externo.
En el reino animal, el término “exoesqueleto” suele aplicarse a invertebrados tales como los artrópodos en el mundo submarino o los coleópteros en tierra firme. En su caso, es una coraza que protege los tejidos blandos ante depredadores o los elementos.
Tipos de Exoesqueleto
Extremidades inferiores: Ayudan a desplazarse con mayor rapidez o en la rehabilitación de las piernas.
Extremidades superiores: Ayudan a levantar pesos en entornos como almacenes o fábricas, así como a recuperar la movilidad de los brazos.
Cuerpo completo: Prestan asistencia total a espalda, brazos y piernas en entornos médicos o industriales.
Tecnologías Empleadas
Aunque también existen dispositivos pasivos, es decir, sin energía propia, nos centraremos en los exoesqueletos activos, que suelen estar equipados con motores, sensores y sistemas de control que responden a los movimientos del usuario, proporcionando asistencia según sea necesario. Para lograrlo, utilizan sistemas hidráulicos y neumáticos, así como servomotores. Además, gracias al uso de baterías, pueden ofrecer una autonomía de varias horas.
A medida que la tecnología avanza, los exoesqueletos están evolucionando para ser más livianos, más eficientes y más versátiles. Especialmente los modelos de cuerpo completo, que por ahora son los más aparatosos. Así, se espera que se sumen a los tejidos inteligentes para ayudar a los usuarios en el día a día.
Principales Aplicaciones
Estamos ante una tecnología que aún está dando sus primeros pasos, pero ya contamos con algunos ejemplos de su potencial en sectores muy dispares. Además de su uso en el campo militar, estos son los más importantes:
Construcción: Esta es una de las áreas que mayor interés está despertando, con máquinas que ya permiten a los operarios levantar hasta 90 kilos sin esfuerzo. Al fin y al cabo, ya hay materiales de construcción que se han inspirado en un exoesqueleto animal.
Sanidad: Los principales usuarios de exoesqueletos en este sector prometen ser las personas con enfermedades neuromusculares como la parálisis cerebral y aquellas en proceso de rehabilitación, lo que complementará la nueva generación de prótesis y materiales desarrollados en la biomedicina.
Tercera edad: Las personas ancianas podrán utilizar estos dispositivos en su vida cotidiana para llevar a cabo tareas sencillas como hacer la compra o levantar objetos en casa reduciendo el riesgo de caídas y lesiones.
Deportes: Esta es quizá la modalidad más cercana a la ciencia ficción, pero ya se están desarrollando algunos dispositivos que pueden impulsar las piernas –o bien ofrecer resistencia para potenciar el trabajo muscular– en función de las necesidades del usuario.
¿Cuánto Costarán?
Como en cualquier tecnología, los primeros exoesqueletos robóticos, destinados sobre todo a la sanidad y la industria, tendrán un coste elevado que oscila entre 5000 dólares para los modelos pasivos y los 100 000 dólares de los más avanzados y de cuerpo completo. Sin embargo, se espera que con el tiempo sean más asequibles, tal como apunta la consultora que mencionamos al comienzo de este artículo. Y, quién sabe, puede que un día, lejos de ser un accesorio propio de superhéroes, lleguen a ser tan comunes como un teléfono móvil o unas gafas de realidad aumentada.
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