Toyota se enfrenta a una demanda colectiva por parte de propietarios del Toyota Mirai, quienes aseguran que la compañía les engañó con falsas promesas sobre el futuro de la tecnología. La empresa japonesa ha invertido mucho en investigación del uso del hidrógeno en la industria automotriz, y el Mirai es el coche de pila de combustible más representativo de esta tecnología.
Toyota, el coche de hidrógeno y una demanda
La relación de Toyota con el hidrógeno se remonta a principios de los años 2000, cuando ya estudiaban su aplicación en el mercado automovilístico. La tecnología promete tiempos de repostaje similares a la gasolina, además de un confort de marcha y emisiones contaminantes casi nulas. Sin embargo, aún se producen emisiones de NOx y partículas finas. Aunque esto no ha detenido la apertura de Europa al uso de hidrógeno en motores de combustión a partir de 2035.
Con el lanzamiento del Toyota Mirai en 2014, la compañía mostró su compromiso con esta tecnología. El Mirai utiliza hidrógeno embotellado para generar electricidad, que se almacena en una batería eléctrica y se utiliza para alimentar el vehículo. Aunque la logística de uso del hidrógeno en coches de pequeño tamaño aún plantea dudas, Toyota continúa investigando y propone incluso la quema de hidrógeno en un motor de combustión para mantener la sensación de conducir un coche de gasolina pero con menos emisiones.
Toyota ha afirmado que el hidrógeno será una pieza importante en el futuro de la combustión y que Europa es un mercado perfecto para su expansión debido a las ambiciones en materia de emisiones en los próximos años. Sin embargo, la disponibilidad de estaciones de recarga para el Toyota Mirai sigue siendo escasa en países como España.
En Estados Unidos, un grupo de propietarios de Toyota Mirai ha interpuesto una demanda colectiva contra la compañía. Aseguran que Toyota les mintió, prometiéndoles un proceso de recarga tan sencillo como el de un coche de gasolina, cuando en realidad muchas veces se ven obligados a cubrir largas distancias antes de encontrar una estación de hidrógeno. Además, denuncian que el mantenimiento deficiente de estas estaciones ha impedido recargar el coche o ha bloqueado el vehículo en mitad del proceso.
Los demandantes también reclaman que el precio del hidrógeno ha aumentado considerablemente, haciendo que llenar los depósitos del Mirai sea mucho más costoso de lo esperado. Consideran que esto es publicidad engañosa, ya que creen que compraron un coche que funcionaba con un combustible “accesible”, pero ahora se enfrentan a un vehículo “casi inutilizable”.